En una taza de café espresso excelente se encuentra todo un mundo, solo se necesita un poco de
concentración para descubrirlo. Degustar, de hecho, significa saborear con conciencia, integrando el placer
sensorial y el intelectual. Significa captar los matices del aroma y del sabor, en un viaje hecho de memoria y
fantasía.
Su mismo nombre ya lo dice: un espresso se prepara al momento, y se saborea enseguida. Se consigue haciendo pasar durante 25-30 segundos un chorro de agua caliente a presión (9 o más atmósferas) a través de una capa de 7 gramos fina y prensada de café molido. El resultado es un concentrado de no más de 30 ml depuro placer gustativo.
Para los expertos, el espresso es la quintaesencia del café: la preparación que exalta la riqueza de notas aromáticas, uniéndolas a las sensaciones aterciopeladas de la crema. Un espresso perfecto es un pequeño milagro de la química y la física, el producto de la unión entre ciencia y arte.